La campaña de Navidad del gobierno de la
derecha del Ayuntamiento de Sevilla roza el
esperpento y provocaría hilaridad y chanza si
no fuera porque se lleva a cabo desde una
institución que pretende poner en valor a esta
ciudad, y a sus ciudadanos.
Se trata de dos carteles, que han sido presentados
por el representante capillita del
gobierno del PP –el concejal Serrano-, cuyos
temas centrales versan en torno a las festividades
del solsticio de invierno, que es como llaman los ateos de Sevilla a la Navidad de los cristianos,
por más que haya totalitarios que no lo entiendan o que lo rechacen.
“En Sevilla como un Rey” es un vídeo en el que se pueden ver a los tres reyes
magos, Giralda al fondo, dormitando al sol y trasmitiendo una imagen de vagos integrales
que provoca un subidón de vergüenza ajena que atenta contra el más básico y acrítico intelectual
colectivo.
Es muy llamativo que promocionar el turismo hacia nuestra ciudad o fomentar el comercio –
ambas patas como una referencia fundamental de la industria local- se haga caracterizando a
vagos de pacotilla y “ojú” que dejan pasar el tiempo al sol de una manera indolente y cutre.
El segundo cartel “En Sevilla se llama Navidad” es aún más directo. Queremos imaginarnos a
Gregorio Serrano, camisa azul y tirantes rojigualdas, preso del síndrome de la oposición a la oposición,
ebrio de soberbia y sediento de venganza, poniendo sobre la mesa de Turismo sus casposos
reaños diciéndole al diseñador –que le anima y aplaude en su insensatez- que aquí quien
manda es la tradición y que Torrijos se va a enterar. Por si aún no lo han relacionado, ¿Recuerdan
la campaña contra nuestro portavoz porque a él le gustaba referirse a la Navidad como Solsticio
de invierno? Pues sobran las palabras.
Esta es la Sevilla de los de Serrano para este gobierno
que igual promociona la Davis con una gitana jugando
al tenis con la raqueta –lo mismo lo mismo
que a un santo dos pistolas-, que llama al turismo tirando
de vagos al sol o asienta su sectarismo en
campañas para algunos con el dinero de todos.
Y ahora que han satisfecho sus más bajos instintos, ¿Porqué no lo retiran?
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